
El faro Planier, un monumento muy apreciado por los marselleses
Los numerosos visitantes que salen de excursión al corazón del Parque Nacional de las Calanques apenas pueden imaginar que estas aguas de un azul resplandeciente han representado durante mucho tiempo un peligro mortal para los navegantes. Cap Croisette, a tiro de piedra del pueblo de Les Goudes, ha sido escenario de terroríficos naufragios, el más espectacular de los cuales fue sin duda el del transatlántico Le Liban en 1903, que costó la vida a un centenar de personas.
El faro Planier, situado a unos 9 kilómetros de Cap Croisette, guía a los barcos que llegan del sur o del oeste y les ayuda a encontrar una ruta segura hacia los refugios que ofrecen los distintos puertos de la ciudad. Su papel de guardián le confiere un lugar especial en el corazón de marineros y marselleses.
Visible de día y de noche, el faro Planier forma parte integrante del paisaje marsellés. Cuando hace sol, hay que entrecerrar los ojos para verlo al suroeste de la ciudad. Cuando cae la noche, su luz blanca centellea cada cinco segundos.