¿Qué se puede hacer en Marsella cuando hace viento?

Si hay una actividad deportiva que hay que probar con viento, ésa es el kitesurf. Cuando el mar se agita, un ballet de velas surca los cielos de Marsella. Y no es algo que disguste a los kiters. Tanto si es principiante como profesional, puede lanzarse al agua con escuelas especializadas. También podrán indicarle otras actividades similares, en función de lo que quiera hacer. El primero que se caiga al agua se paga una ronda (de panisses, claro)…

No es una expresión nueva, ni siquiera un mito. Es perfectamente posible surfear en Marsella. Mientras que los spots entre Marsella y Martigues son bien conocidos por los surfistas, existen escuelas que te ofrecerán orientación, en función de tu nivel, para domar el Mediterráneo. ¡Y pensar que se burlaban de Brice de Nice!

Las Calanques son un terreno de juego ideal para la escalada en roca, así que cuando el viento arrecia, la ciudad de Marsella cuenta con numerosos espacios al aire libre para disfrutar. Esta divertida actividad es una buena manera de descubrir o redescubrir la escalada, a cubierto. ¿Listo para el desafío?

¡Su reputación está consolidada! En los últimos años, Marsella se ha distinguido por ser una ciudad donde a la gente le gusta comer. Así que si «tomar el aire» no es lo suyo, láncese a la conquista de las panaderías, pastelerías, restaurantes u otros lugares insólitos que ofrecen sabores fuera de lo común. Para ayudarte, aquí tienes un programa que se adapta a tus antojos:

Paso 1:Bruncher : dulce o salado, ambos equipos quedarán satisfechos.
Paso 2: Tomar un tentempié: ¡no sólo los niños pueden darse un capricho! Y no es para menos, ya que las especialidades de Marsella son una delicia para el paladar. Panaderías, pastelerías, salones de té o incluso tiendas de productores, ¡tendrá para todos los gustos!
Paso 3: Tomar un aperitivo en el sur, como a nosotros nos gusta: en la ciudad, ningún marsellés se pierde este momento sagrado. Así que láncese a la conquista de los bares y pubs para disfrutar de un buen apéro. De ti depende si también te das el capricho de unas deliciosas tapas!!
Paso 4: Sean cuales sean sus gustos, los restaurantes de Marsella ofrecen una amplia gama de especialidades: extranjeras, tradicionales, provenzales, vegetarianas… Lo más difícil será elegir.

Opción: Para los que quieran soltarse la melena, existe un Tour gastronómico perfecto para lanzarse a descubrir los sabores imperdibles de Marsella. Incluso fue probada por el equipo y ¡todavía la recuerdan!

¡Esperamos que disfrute de su comida!

Nuestro consejo: Si quiere comer en el centro de la ciudad, prefiera la orilla norte del Puerto Viejo. A menudo resguardada y a pleno sol, podrá «almorzar tranquilamente».

Ir de compras está muy bien, ¡pero comprar en tiendas de segunda mano está aún mejor! No solo te lo agradecerán tu cartera y el planeta, sino que además encontrarás piezas únicas y originales. Para ello, Marsella cuenta con numerosas friperías repartidas por toda la ciudad. Suficiente para estar abrigado sin dejar de tener estilo

Reúnase para jugar al clásico Monopoly, que ha traumatizado a muchos con sus partidas de 4,5 horas, o descubra los juegos más modernos. En un ambiente agradable, juega, emociónate y entra en calor con una bebida caliente. ¡Los malos jugadores ya no podrán esconderse!

Hay varios bares en Marsella que ofrecen este servicio: Le Nain Jaune, le Nexus, Baraka Jeux y, para los más jugones, el bar Meltdown.

Si el viento no te ha helado demasiado las manos, puedes probar suerte en manualidades y actividades gourmet como clases de cocina o elaboración de cerveza. ¡Es suficiente para convertirte en un auténtico profesional!

Por último, los más valientes aún intentarán tomar un poco de aire fresco, y no falta. Si el viento sopla fuerte en Marsella, ofrece con él un panorama excepcional del borde de la Corniche Kennedy. De hecho, la mayoría de las veces, el viento se lleva consigo la bruma y las nubes, ofreciendo una gran visibilidad de las cercanas Isles du Frioul. También será la ocasión de contemplar impresionantes puestas de sol.

Así pues, ¡buen provecho!