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Descubrir el Parque Nacional de las Calanques

Paseo guiado por la Calanque de Sormiou

Hacer senderismo por las calanques está muy bien. Pero ir acompañado de un guía profesional es aún mejor. Le contaré mi mañana en el Parque Nacional, descubriendo la historia y el patrimonio botánico de Sormiou.

Publicado el 28 enero 2022
Jade Orengo
Jade Orengo

Una excursión con salida de Marsella

Paseo guiado por el Parque Nacional de las Calanques

Son las 9 de la mañana cuando nuestro guía se reúne con nosotros en el pequeño aparcamiento situado por encima de Les Baumettes. Todavía hace frío y la niebla asoma entre los árboles, pero el sol no tarda en calentarnos. Vanina nos explica la ruta con su suave acento sureño. Es una caminata de 4 horas para descubrir el excepcional panorama del Parque Nacional. Clasificado como parque nacional en 2012, es el único parque nacional francés que combina tierra, mar, islas y suburbios.

De hecho, al coger un poco de altura, pronto nos damos cuenta de que tenemos vistas al mar por un lado y a la ciudad por el otro (¡con la Buena Madre aparentemente descansando en la ladera!). De ahí los numerosos problemas de afluencia de visitantes, que acuden en masa cada año para disfrutar de las calanques.

Un paseo salpicado de anécdotas sobre nuestro patrimonio natural

El sendero que estamos recorriendo está muy bien cuidado, y hay muchas especies de plantas a ambos lados del camino. Vanina se detiene y pregunta a todos si saben cómo se llaman. Personalmente, no soy muy entendida en la materia, ¡pero en el grupo se nota a la gente que sí!

Aprendemos, por ejemplo, quela Bruyère (el brezo), un pequeño arbusto de flores moradas, tiene propiedades diuréticas y se utiliza en infusión o decocción. Le Sumac du corroyeur (El zumaque) produce racimos de frutos rojos con sabor a limón. Suele conocerse y utilizarse como especia, pero tiene muchos beneficios: antioxidante, antiinflamatorio, antibacteriano, etc.

Sin embargo, otra planta llamada Rue fétide puede ser muy tóxica y alergénica para algunas personas. Desprende un fuerte olor fácil de reconocer a lo largo del camino. También encontramos unazarzaparrilla: ¿se habrán instalado los pitufos en los arroyos de Marsella?

¿Lo sabías?

La palabra «Sormiou» significa «el mejor manantial» en provenzal, porque bajo el calanque hay una capa freática que hasta el siglo XX alimentaba dos pozos que datan del siglo XIV. Esta agua era utilizada por pescadores y excursionistas para beber a su paso por el calanque. Hoy en día, el agua ha dejado de fluir.

Paisajes que cortan la respiración

Un magnífico paisaje de acantilados escarpados y aguas turquesas

El cielo es azul y el sol está alto. Tenemos una espléndida panorámica del archipiélago de Riou y sus diferentes islas, auténtico refugio de especies terrestres y marinas protegidas. Debajo de nosotros, vemos la playa del Calanque de Sormiou. Al llegar al Col des Escourtines, tomamos un pequeño valle que desciende directamente al corazón del calanque.

Nos abrimos paso con precaución por los afloramientos rocosos, ¡con buen calzado! Me siento muy pequeño entre los vertiginosos acantilados calcáreos que nos rodean. Tras unos treinta minutos de descenso, vemos los primeros signos de civilización: un campo de petanca… Sí, la petanca es sagrada en Marsella y ¡es lo primero que se ve al llegar a Sormiou! También divisamos una serie de cabañas de estilo marsellés, que nos transportan al verano y al canto de las cigarras…

Tomar el sol y una pausa gastronómica

Es hora de descansar. Nos instalamos en una calita detrás del pequeño puerto pesquero: el paisaje es magnífico y el mar azul turquesa. El agua está muy fría en esta época del año, pero algunos valientes del grupo se aventuran a sumergir los pies: ¡es una auténtica delicia!

Nos instalamos al sol y disfrutamos de un merecido descanso para comer, sentados sobre los guijarros. Aprecio aún más venir aquí en invierno, cuando los días son agradables (¡incluso se puede sacar la camiseta!), que en verano, cuando el calor es agobiante. Una vez terminada la merienda y con un bronceado perfecto, nos dirigimos a la famosa playa de arena de Sormiou. Sólo se tarda unos diez minutos en llegar y descubrir un trocito de paraíso. Las fotos hablan por sí solas. Después volvimos tranquilamente al punto de partida por otro camino. La vuelta fue más cardio, pero Vanina no nos metió prisa, así que fuimos a nuestro ritmo.

Esta excursión está recomendada para niños a partir de 7 años, pero todo depende de la capacidad de cada uno. Aunque algunos lugares son más empinados que otros, esta excursión me pareció muy accesible e interesante. No requiere una gran forma física, pero sí un buen calzado y mucha agua.

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