Concert Musiques Du Monde (stéphanie Le Corneur)

Marsella, tierra de música[s]

Marsella es tierra de música, donde confluyen ritmos de todo el mundo a través de migraciones y encuentros. Las voces de los barrios, los cantos líricos y las notas de metal dan vida a una riqueza musical única, reflejo de una ciudad que ha construido su identidad artística singular sobre su diversidad cultural.

Un amor secular por la música

Desde hace siglos, Marsella mantiene una íntima relación con la música. Esta pasión histórica se expresa ante todo en un marco prestigioso: la Ópera de Marsella, inaugurada en 1787, es uno de los teatros de ópera más antiguos de Francia. Directores y cantantes de renombre se han sucedido en este centro de creación. Su arquitectura de la Belle Époque y su extraordinaria acústica siguen atrayendo a artistas de renombre de todo el mundo, y sus muros siguen vibrando al son tanto de los grandes clásicos como de audaces obras contemporáneas.

La historia musical de la ciudad de Marsella también está ilustrada por la opereta meridional, género popular por excelencia. Entre los años 30 y 50, los estribillos de Vincent Scotto, Henri Alibert y Rellys hicieron bailar y cantar a todos los marselleses. Sus canciones tiernas y traviesas, arraigadas en escenas cotidianas, reflejaban una fuerte identidad local.

Este gusto por la palabra musical se extendió también al teatro y al cine. Marcel Pagnol, aunque no era músico, concedía un lugar esencial a la musicalidad en sus obras. Trabajaba con compositores, cuidaba mucho la oralidad de sus diálogos y captaba los sonidos de Provenza como una memoria viva. Nuestro acento musical, por ejemplo, adquiere aún mayor sonoridad bajo la pluma del académico.

Aún hoy, esta herencia se deja oír en las voces contemporáneas de Marsella, que cultivan un canto teñido de acento, portador de verdad, rico en emoción y fiel al alma cantarina de la ciudad.

Una escena musical marcada por el mestizaje cultural

Desde su fundación, Marsella ha sido una encrucijada de culturas. Este mestizaje constante ha dado lugar a una identidad musical única, en la que las influencias se mezclan y reinventan constantemente.

En los años 80, el grupo Massilia Sound System encarnó esta fusión, mezclando reggae jamaicano, lengua occitana y ritmos electrónicos: sus canciones celebran la diversidad marsellesa, cultivan el espíritu de unión y abogan por la unidad frente a las divisiones sociales. Al mismo tiempo, grupos como Watcha Clan han explorado sonidos que van del trance gnawa al drum and bass, del hip-hop a los metales balcánicos, reflejando las múltiples herencias de la ciudad.

Hoy en día, esta tradición continúa con festivales como Marsatac, que desde 1999 ha presentado a artistas de las escenas hip-hop, electro y africana, dando testimonio de la apertura musical de Marsella. Por su parte, el Festival Jazz des Cinq Continents acoge cada año a músicos de todo el mundo, lo que ilustra la apertura de miras de la ciudad.

A través de sus artistas y eventos, Marsella sigue vibrando al ritmo de un crisol musical que refleja su historia y su diversidad.

Marsella, cuna y bastión del rap francés

En los años 90, Marsella se convirtió en el epicentro de un fenómeno musical transfronterizo: el rap. El grupo IAM, formado en 1989, estableció un estilo, un tono y un compromiso. Su primer éxito, Je danse le Mia, lanzado en 1993, era una evocación irónica de las noches de fiesta en la Marsella de los años ochenta. Rápidamente se convirtió en un éxito fenomenal, permaneciendo en el primer puesto de las listas durante ocho semanas en 1994.

Este éxito allanó el camino a otros artistas marselleses. The Fonky Family, formada en 1994, marcó el inicio del rap francés de los años 90 y 2000 con álbumes emblemáticos como Si Dieu veut… (1997) y Art de Rue (2001).

La escena del rap marsellés sigue evolucionando, con artistas como Jul, SCH, Soso Maness y Alonzo que continúan el legado de sus mayores al tiempo que imponen su propio estilo. Jul, por ejemplo, es reconocido como uno de los artistas que más discos ha vendido en la historia del rap francés, con más de 3,5 millones de álbumes vendidos.

Esta efervescencia ha permitido a Marsella erigirse en capital del rap. Orgullosa de sus códigos y su lengua, la ciudad sigue influyendo en la escena musical francesa e internacional.

La música, protagonista de numerosos festivales

Marsella celebra la música con un rico calendario de eventos. De los muelles del puerto a los jardines encaramados, cada festival presenta un escenario y un ambiente particulares.

La Fiesta des Suds, cita ineludible del otoño, transforma Marsella en una encrucijada musical. Este festival comprometido celebra las músicas del mundo en toda su diversidad, mezclando ritmos africanos, latinoamericanos, mediterráneos y electro. Cada edición reúne a artistas de renombre internacional y a jóvenes talentos, en un ambiente festivo y popular.

Cada verano, el Festival Jazz des Cinq Continents ocupa algunos de los mejores lugares patrimoniales de la ciudad, como el Palais Longchamp, el Parc du Pharo y el Mucem. Desde el año 2000, reúne a los grandes nombres del jazz mundial y a las nuevas promesas en conciertos al aire libre que atraviesan continentes y estilos. Una auténtica oda a la creatividad y la improvisación.

Nacido en 1999, Marsatac es uno de los pilares de la escena electro y hip-hop en Europa. Cada año presenta música urbana y electrónica, desde trap hasta techno y experimental. El festival destaca por su audacia artística y sus fuertes raíces locales.

Cada primavera, Le Bon Air transforma la Friche en una pista de baile al aire libre. Con una decidida apuesta por la música electrónica más innovadora, atrae cada año a un público joven y curioso para bailar al son de DJ de todo el mundo. El espíritu de club se mezcla con una estética industrial y mediterránea única.

Babel Music XP, a caballo entre un mercado profesional y un festival para el gran público, pone en primer plano las músicas del mundo y los talentos del mañana. Cada primavera, artistas, organizadores de giras, sellos discográficos y periodistas se reúnen en Marsella para explorar las tendencias emergentes de la escena internacional en un ambiente amistoso y cosmopolita.