La Friche la Belle de Mai

Un auténtico lugar para la creación y la innovación

Es a la vez un espacio de trabajo para sus 70 estructuras residentes (350 artistas, productores, empleados que trabajan allí cada día) y un lugar de difusión (600 propuestas artísticas públicas cada año, talleres dedicados al público joven, grandes festivales).

Con 450.000 visitantes al año, 2.500m2 de espacio de exposiciones, 6 salas de conciertos, 2 teatros, jardines compartidos, un restaurante, una guardería, una librería, una terraza de 8.000m2 y más de 600 eventos al año, la Friche es un lugar cosmopolita y un vector de encuentro y convivencia, al igual que la ciudad phocéenne.

Durante todo el año, la Friche la Belle de Mai ofrece una completa programación cultural. Abierto a todos, se puede pasear por el «páramo verde» (el espacio verde del recinto), pasar por el patio de recreo de los artistas de «street art» o pararse a tomar algo en el «Café de La Salle», abierto todos los días.

Para los aficionados al skate de todas las edades y habilidades, el Skatepark del páramo es una visita obligada. Se trata de una instalación única en su género diseñada por la agencia Constructo, especializada en ingeniería de skateparks. Cuenta con varios módulos dedicados al monopatín de «steet». Muy popular entre los riders de la ciudad, el Skatepark de la Friche merece una visita.

Si tiene hambre, «Les Grandes Tables» de la Friche le invitan a degustar productos de temporada llenos de sabor. Más que un restaurante, «Les Grandes Tables» es un lugar de encuentro, de intercambio de experiencias culinarias y culturales, de reflexión sobre la cocina y la alimentación. Se han puesto en marcha varios proyectos: el Mercado del Agricultor de los lunes por la noche, Les grandes Carrioles, o incluso la cocina callejera a dúo: chef/artista.

Desde hace años, la Friche se ha convertido en una referencia cultural para la ciudad de Marsella, donde cada uno puede crear su propia burbuja y vivir un momento único. El proyecto ha puesto de relieve la importancia de los espacios culturales en la ciudad, y ha hecho aflorar la creatividad y las ideas innovadoras de las mentes marsellesas.