En Marsella abundan los restaurantes y la ciudad está repleta de magníficos lugares para comer, la oferta abarca desde establecimientos con estrellas gourmet hasta bistrós y desde la cocina tradicional hasta la cocina del mundo. A los pies de Notre-Dame de la Garde, en el Puerto Viejo o frente al mar, en un lugar histórico o en el fin del mundo de Callelongue, seguro que encuentra un lugar y una cocina a su medida.