Calanque Callelongue
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El Calanque de Callelongue

el fin del mundo a su alcance

La calanque de Callelongue: un aire de fin del mundo para esta cala situada en el’extrême Sud de Marseille…. porque sí, aquí c’¡Sigue siendo Marsella!

Paseo con salida de Marsella

Más alláezdel ruido de la ciudad, los atascos de la playa, aquí la naturaleza reclama sus derechos. Pasado el pueblo de Goudesen el macizo de Marseilleveyre, Callelonguees un espacio natural situado en el distrito 8 de Marsella. Al final de esta carretera que serpentea por un paisajeárido de piedra caliza blanca, aplastado por la luz y el soldel Sud, deslumbrados por l’inmensidaddel mar inundando el paisaje, inesperadamente llegamos a un callejón sin salida.

Como su nombre indica Calo longoen provenzal significaría grande crique.

Como una dirección confidencial, ¡esta hendidura de piedra caliza nos da una sensación de libertad! Aquí se un mundo propio que cambiage con las estaciones. Las cachabolas de los pescadores se acurrucan en cada rincón de la cala, lasbarcasenlas s’accommodentarse del escaso espacio escalando las rocas para agarrarse al relieve y refugiarse de las olas.

Los niños jy los pocos bañistas, agarrados a las rocas, disfrutan del agua cristalina de esta cala rodeada por’un minúsculo banco de arena. Porque aquí no hay playa,¡sólo rocas ! Algunos jugadores de petanca cohabitan con turistas que se dirigen a accederéder al inicio del GR des calanques : lla famosa GR98 que recorre el litoral desde Marsella hasta Cassis. (/!Advertencia: es imprescindible llevar botas de montaña, ya que el camino es empinado y las rocas están erosionadas.)

Tras un paseo de 10 minutos se llega a la antigua semáfora, durante mucho tiempo en desuso y ahora restaurada gracias al impulso de los residentes locales y de la Parc National des Calanques. Se ha reanudado su función de mirador y es un lugar para descubrir el entorno de Calanques.

También en Callelonguese encuentra un restaurante legendario, famoso por sus pizzas y su pescado fresco: la Grotte.

Un paisaje sobrecogedor

La Avenue des Pébrons es el único cruce de Callelongue: pébrons es una palabra de origen occitano que significa «pimiento»… y en dialecto marsellés, también significa persona que se sonroja como un pimiento y se siente estúpida, así que por extensión tonto.

Esta calle, que no llega a la anchura de una avenida, está bordeada de cobertizos más o menos espaciosos y atractivos. Varios están ocupados por estudiantes de la Ecole de la Marine Marchande, situada en el barrio de Pointe Rouge. La vegetación mediterránea, que se nutre de la escasez de agua de lluvia y de la sequedad del suelo, ofrece un colorido despliegue de euforbias de un verde suave, valerianas rosas, antemisias amarillas y dimorfotecas malvas. La avenida desaparece en la ladera y nos encontramos al pie de un circo semicircular, con la sensación de estar lejos de la civilización, pero tan cerca. El canto ensordecedor de las cigarras, el tomillo y el romero se inclinan hacia las altivas paredes rocosas que dominan el paisaje.

Nos incorporamos a una pendiente a la derecha para subir al Pas de la Demi-Lune, una especie de brecha en lo alto de la muralla que se ve desde muy lejos: la subida es empinada pero merece la pena. Desde allí arriba, tenemos una vista panorámica del puerto de Marsella, y para los más atrevidos que no tengan miedo a las alturas, podemos pasar al otro lado de la muralla para encontrarnos en la cara sur, al abrigo del Mistral y frente a las islas e islotes. ¡Es una experiencia mágica!

También puede optar por el Sentier du Président, una magnífica ruta de senderismo que une Callelongue con el puerto de Madrague de Montredon en unas 2 horas: es muy variada y está salpicada de miradores notables.

¿Lo sabías?

Más abajo, aún se pueden ver los restos del antiguo telescopio, la loca invención de un ingeniero y campeón de esquí que, en 1967, propuso visitar el fondo marino en una pequeña cápsula que podía descender a 10 metros de profundidad. ¡Una aventura increíble para la época!

Cómo llegar a la cala

Para llegar hasta aquí, lo mejor es olvidarse del coche, ya que no hay aparcamiento.
En su lugar, tome el autobús 20 de la RTM desde Madrague de Montredon. Pero asegúrese de consultar los horarios en www.rtm.fr, ya que los autobuses no son muy frecuentes.
Callelongue, como todas las calanques, es un destino que hay que ganarse.

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