Primer gesto positivo: ¡Traigo… me llevo!
El Parque Nacional no cuenta con papeleras. Las Calanques son un lugar salvaje, de difícil acceso, y no está previsto equiparlas con más instalaciones en el corazón del macizo. Por lo tanto, la limpieza del lugar depende de cada cual y de su compromiso de llevarse y separar lo que traiga consigo durante su visita.
> La basura degrada el paisaje y supone un riesgo de mortalidad para la fauna, tanto terrestre como marina.
Segundo gesto positivo: ¡Escucharé el canto de las cigarras!
La radiodifusión sonora en tierra y mar está prohibida por el decreto de creación del Parque Nacional de las Calanques. Así que olvídese de los altavoces conectados o de cualquier otro aparato que emita música. Disfrute de la calma de la naturaleza y del canto de las cigarras, tan agradable junto al agua… (¡o traiga sus auriculares para echarse una siesta!).
> La radiodifusión sonora es una fuente de perturbaciones para la biodiversidad, en particular para las especies muy sensibles a las perturbaciones, como ciertas aves protegidas de las Calanques. La radiodifusión sonora también perjudica al carácter de la zona y a la convivencia.
Consejo 3: ¡un soplo de aire fresco!
Hay que saber que el 60 % de los incendios provocados por el hombre no son voluntarios. Se deben a comportamientos inadecuados en los bosques (barbacoas, hornillos, cigarrillos, etc.). Durante un día o unas horas, la magia y la belleza del lugar valen mucho más que una dosis de nicotina en los pulmones.
> Este entorno natural es especialmente sensible al riesgo de incendios debido a su ubicación geográfica, su alta afluencia de visitantes, la presencia de viviendas y su frágil biodiversidad. ¡Nos corresponde a nosotros tomar las precauciones necesarias!










