Una habitación para dos personas cuidadosamente decorada. La decoración es celestial y exótica, creando una atmósfera zen propicia para el descanso y la tranquilidad en un entorno cálido y acogedor.
Un cuarto de baño privado y un gran vestidor contiguo con rincón para té y café completan el alojamiento.
En el exterior, hay una pista de petanca y tres terrazas: una frente al dormitorio, otra a la sombra de un olivo y otra ideal para leer.