







El puerto está flanqueado por dos fuertes: Fort Saint-Jean y Fort Saint-Nicolas.
El fuerte de San Juan
El emplazamiento habría estado ocupado desde la Antigüedad, pero no fue hasta el siglo XIII cuando la orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén (la futura Orden de los Caballeros de Malta) se instaló allí y dio nombre al barrio. Ciertos vestigios son visibles todavía hoy. La enorme Torre Cuadrada se levantó tras el saqueo de los aragoneses (1423), por el Rey René, en el sitio que ocupaba la antigua Torre Maubert, para defender la entrada al puerto. La torre del fanal fue edificada en 1644 y el Caballero de Clerville construyó el fuerte previsto por Luis XIV en los grandes proyectos que éste realizó para Marsella. Hizo cavar un foso inundable, con el objetivo de aislar el fuerte de la ciudad. Sirvió de guarnición, después de ser prisión durante la Revolución Francesa. Durante la segunda guerra mundial, lo ocupó un depósito de municiones del ejército alemán, que hizo explosión en 1944, causando graves daños al fuerte y al Puente Transbordador. El fuerte fue declarado Monumento Histórico en 1964.
Las consignas sanitarias
En el siglo XVIII, el bellísimo edificio de la consigna era la sede de la Intendencia sanitaria de Marsella. Se halla inscrita en el Inventario Suplementario de los Monumentos Históricos desde 1949. A lo largo del siglo XIX se construyó un segundo edificio idéntico. El sistema de prevención de las epidemias obligaba a la declaración de todos los barcos a la entrada del puerto de Marsella, y después a su puesta en cuarentena sistemáticamente. En 1720, se levantaron en parte estas medidas, y el barco Grand Saint-Antoine propagó la peste por toda la ciudad, y poco después por toda Provenza. Este episodio desgraciado sigue estando todavía muy presente para los marselleses.
El Fuerte de San Nicolás
Desde mediados del siglo XVII, como partidaria de La Fronda, Marsella desafía y burla la autoridad real. En el mismo momento en que la paz con España deja al rey las manos libres, la ciudad se ve ocupada militarmente. Para entrar en la ciudad, Luis XIV, en marzo de 1660, no duda en hacer abrir una brecha en la muralla medieval. Algunas de esas piedras serán reutilizadas, con intención simbólica, en la construcción de la Ciudadela de San Nicolás. Luis XIV va a ordenar, así pues, la construcción de un fuerte, así como el ensanchamiento de la ciudad y la creación de un nuevo Arsenal. Para la construcción de la ciudadela, se dudó entre varios emplazamientos, y finalmente se escogerá una prominencia “en la embocadura del puerto, detrás de la abadía de Saint Victor (…) cuya extensión es lo bastante razonable como para construir allí un fuerte lo bastante fuerte como para mantener para siempre la autoridad del Rey …”. Las obras se realizan a un ritmo frenético, dirigidas por el Caballero de Clerville en 1663, se acaba el Fuerte Alto (Entrecasteaux), y en 1664 el Fuerte Bajo (Ganteaume). Con ocasión de su paso por Marsella, Vauban criticará la construcción, que juzgará como ¡“la peor del universo”!
En mayo de 1790, los marselleses furiosos y con rencor por haber tenido que soportar esa ciudadela con sus cañones apuntando hacia ellos, se aprovecharon de la Revolución para empezar a demoler el fuerte, pero debieron parar un mes más tarde, por orden de la Asamblea Nacional.
El fuerte ocupa un espolón de roca calcárea situado entre el puerto, la abadía de Saint Victor y el Faro. Durante un tiempo, la construcción encerró dentro de sí la capilla de San Nicolás, que fue construida en la Edad Media después, esta capilla fue destruida. El fuerte se compone de dos conjuntos de plantas, la más baja de las cuales, que hace la función de patio sobre el puerto, ha quedado aislada desde el año 1862 debido a la apertura del bulevar (hoy, boulevard Charles Livon). El fuerte alto está formado por dos recintos entrelazados, cuya planta cuadrangular se agarra a lo escarpado de la roca. La calidad de la mampostería, el gran aparato de roca calcárea de color rosa de la Corona, y su aplicación (encadenados de ángulo con almohadillados y cordones que van creando arabescos de curvas y contracurvas en las pendientes) contribuyen a crear una impresión de potencia serena, característica del estilo del Caballero de Clerville. El conjunto hace de la ciudadela de San Nicolás “un fuerte de opereta”, concebido para calmar la furia de los marselleses y para asentar la autoridad de un monarca, consciente de su falta de popularidad en una ciudad cuya relación con la Corona de Francia databa de menos de dos siglos.
El emplazamiento habría estado ocupado desde la Antigüedad, pero no fue hasta el siglo XIII cuando la orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén (la futura Orden de los Caballeros de Malta) se instaló allí y dio nombre al barrio. Ciertos vestigios son visibles todavía hoy. La enorme Torre Cuadrada se levantó tras el saqueo de los aragoneses (1423), por el Rey René, en el sitio que ocupaba la antigua Torre Maubert, para defender la entrada al puerto. La torre del fanal fue edificada en 1644 y el Caballero de Clerville construyó el fuerte previsto por Luis XIV en los grandes proyectos que éste realizó para Marsella. Hizo cavar un foso inundable, con el objetivo de aislar el fuerte de la ciudad. Sirvió de guarnición, después de ser prisión durante la Revolución Francesa. Durante la segunda guerra mundial, lo ocupó un depósito de municiones del ejército alemán, que hizo explosión en 1944, causando graves daños al fuerte y al Puente Transbordador. El fuerte fue declarado Monumento Histórico en 1964.
Las consignas sanitarias
En el siglo XVIII, el bellísimo edificio de la consigna era la sede de la Intendencia sanitaria de Marsella. Se halla inscrita en el Inventario Suplementario de los Monumentos Históricos desde 1949. A lo largo del siglo XIX se construyó un segundo edificio idéntico. El sistema de prevención de las epidemias obligaba a la declaración de todos los barcos a la entrada del puerto de Marsella, y después a su puesta en cuarentena sistemáticamente. En 1720, se levantaron en parte estas medidas, y el barco Grand Saint-Antoine propagó la peste por toda la ciudad, y poco después por toda Provenza. Este episodio desgraciado sigue estando todavía muy presente para los marselleses.
El Fuerte de San Nicolás
Desde mediados del siglo XVII, como partidaria de La Fronda, Marsella desafía y burla la autoridad real. En el mismo momento en que la paz con España deja al rey las manos libres, la ciudad se ve ocupada militarmente. Para entrar en la ciudad, Luis XIV, en marzo de 1660, no duda en hacer abrir una brecha en la muralla medieval. Algunas de esas piedras serán reutilizadas, con intención simbólica, en la construcción de la Ciudadela de San Nicolás. Luis XIV va a ordenar, así pues, la construcción de un fuerte, así como el ensanchamiento de la ciudad y la creación de un nuevo Arsenal. Para la construcción de la ciudadela, se dudó entre varios emplazamientos, y finalmente se escogerá una prominencia “en la embocadura del puerto, detrás de la abadía de Saint Victor (…) cuya extensión es lo bastante razonable como para construir allí un fuerte lo bastante fuerte como para mantener para siempre la autoridad del Rey …”. Las obras se realizan a un ritmo frenético, dirigidas por el Caballero de Clerville en 1663, se acaba el Fuerte Alto (Entrecasteaux), y en 1664 el Fuerte Bajo (Ganteaume). Con ocasión de su paso por Marsella, Vauban criticará la construcción, que juzgará como ¡“la peor del universo”!
En mayo de 1790, los marselleses furiosos y con rencor por haber tenido que soportar esa ciudadela con sus cañones apuntando hacia ellos, se aprovecharon de la Revolución para empezar a demoler el fuerte, pero debieron parar un mes más tarde, por orden de la Asamblea Nacional.
El fuerte ocupa un espolón de roca calcárea situado entre el puerto, la abadía de Saint Victor y el Faro. Durante un tiempo, la construcción encerró dentro de sí la capilla de San Nicolás, que fue construida en la Edad Media después, esta capilla fue destruida. El fuerte se compone de dos conjuntos de plantas, la más baja de las cuales, que hace la función de patio sobre el puerto, ha quedado aislada desde el año 1862 debido a la apertura del bulevar (hoy, boulevard Charles Livon). El fuerte alto está formado por dos recintos entrelazados, cuya planta cuadrangular se agarra a lo escarpado de la roca. La calidad de la mampostería, el gran aparato de roca calcárea de color rosa de la Corona, y su aplicación (encadenados de ángulo con almohadillados y cordones que van creando arabescos de curvas y contracurvas en las pendientes) contribuyen a crear una impresión de potencia serena, característica del estilo del Caballero de Clerville. El conjunto hace de la ciudadela de San Nicolás “un fuerte de opereta”, concebido para calmar la furia de los marselleses y para asentar la autoridad de un monarca, consciente de su falta de popularidad en una ciudad cuya relación con la Corona de Francia databa de menos de dos siglos.
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